Terapia de protones
Terapia de protones como método de tratamiento del cáncer
Aunque las primeras sugerencias de utilizar protones energéticos como método de tratamiento del cáncer se realizaron en 1946, la terapia de protones (o, más exactamente, la radioterapia de protones) se ha utilizado como técnica de tratamiento solo hace relativamente poco tiempo, con un aumento significativo de su uso en la última década.
La ventaja clave de utilizar protones en lugar de fotones (rayos X) para la terapia es que los protones son relativamente más pesados y su energía puede centrarse en el punto del tumor (el pico de Bragg) con menos daños para el tejido no afectado del paciente en la parte delantera y más allá del tumor, que producen las técnicas de rayos X.
La mayoría de los sistemas de terapia de protones instalados utilizan ciclotrones isócronos (que pueden producir corrientes de haz de protones mucho mayores) que se vuelven más compactos gracias al uso de imanes superconductores. Sin embargo, también se pueden utilizar sincrotrones y aceleradores lineales. El haz de protones se adapta a una energía determinada durante el tratamiento, lo que permite tratar las células cancerosas de forma específica.
Un ciclotrón tiene varias secciones básicas: inyección, extracción, líneas de transporte y la cámara principal, y todas ellas requieren el uso de equipos de vacío. Algunos de los retos a los que se enfrentan estos equipos son el uso necesario en campos magnéticos elevados y entornos de alta radiación, las limitaciones de conductancia y las restricciones de espacio.
Leybold ofrece tanto bombas de vacío como una amplia gama de equipos auxiliares
Un ciclotrón tiene varias secciones básicas: inyección, extracción, líneas de transporte y la cámara principal, y todas ellas requieren el uso de equipos de vacío. Algunos de los retos a los que se enfrentan estos equipos son el uso necesario en campos magnéticos elevados y entornos de alta radiación, las limitaciones de conductancia y las restricciones de espacio. Leybold ofrece bombas exentas de aceite, como las de la serie SCROLLVAC plus y combinaciones de bombas turbomoleculares de alta velocidad TURBOVAC iR y bombas criogénicas, para mejorar los niveles de vacío en un orden de magnitud en el rango de 10-7 mbar, lo que maximiza la intensidad del haz debido a la reducción de las colisiones con las moléculas de gas residual.
También se utilizan bombas de iones y medidores de ionización. Los sistemas de ciclotrones más pequeños pueden seguir utilizando bombas de difusión y, en algunos casos, se siguen usando bombas de paletas rotativas selladas con aceite. Además de estos productos, Leybold ofrece una amplia gama de equipos auxiliares, como detectores de fugas PHOENIX 4 y sistemas de bombas portátiles, además de accesorios de hardware relacionados.
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