Las superficies de vidrio que se encuentran hoy en día han evolucionado considerablemente desde el primer vidrio que se inventó alrededor del 2500 a.C. Todos los tipos de vidrio actuales están recubiertos con una fina película que afecta a la cantidad de luz y calor solar que se transmite. Este vidrio recubierto con una fina película mejora la comodidad de los edificios y los vehículos en los que se utiliza y puede incluso aumentar la eficiencia de los sistemas de ventilación y aire acondicionado.
El recubrimiento de vidrio también puede afectar al color y el reflejo de una superficie de vidrio, lo que incluye su aspecto. Las fachadas de los rascacielos de las ciudades modernas utilizan acristalamientos recubiertos al vacío para garantizar el aislamiento térmico y el color adecuado para lograr un aspecto estético.
El sputtering en vacío mediante la deposición física de vapor (PVD) es el proceso más común para fabricar vidrio recubierto. Este proceso requiere que el material se coloque en una cámara de vacío y, a continuación, se someta a un proceso denominado "sputtering", en el que los metales, los óxidos metálicos y las capas de nitruro se depositan en el vidrio utilizando gases de proceso como el argón, el nitrógeno y el oxígeno. Este proceso de sputtering en vacío deposita un recubrimiento en el vidrio, que consta de varias capas que varían según la composición y el grosor. Las máquinas de PVD, que suelen funcionar de forma ininterrumpida, forman parte de los sistemas de vacío responsables de este proceso. Por ello, los fabricantes de equipos de PVD buscan bombas de vacío duraderas y robustas que puedan mantener una producción continua.
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