¿Cómo comprobar si hay fugas de vacío mediante tests de burbujas y por espuma?

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Prueba de fugas con medidores de vacío sensibles al tipo de gas

El hecho de que la lectura de presión en los medidores de vacío sea sensible al tipo de gas correspondiente (véase la página sobre la medición indirecta de la presión) puede aprovecharse hasta cierto punto para detectar fugas. Así, es posible aplicar alcohol mediante cepillado o pulverización donde se sospeche que hay fugas. Los espíritus de alcohol que se introducen en el dispositivo (cuya conductividad térmica y capacidad de ionización varían enormemente de los del aire) afectan a la indicación de presión y la modifican en mayor o menor grado. No obstante, la disponibilidad de los detectores de fugas de helio, más exactos y fáciles de usar, ha dejado este método casi totalmente obsoleto.

¿En qué consiste la prueba de burbujeo por inmersión?

La muestra de prueba a presión se sumerge en un baño líquido y es el ascenso de burbujas de gas lo que señala la fuga. La detección de fugas depende en gran medida de la atención de la persona que lleve a cabo la prueba y conlleva la tentación de incrementar la "sensibilidad" con temperaturas cada vez más elevadas, ignorando a veces las normas de seguridad pertinentes. Este método requiere mucho tiempo para las fugas de menor envergadura, como se indica en la Tabla 5.3. En ella se muestra la comprobación de fugas en un sistema de refrigeración mediante refrigerante de tipo R12. Aquí se indica el índice de fugas según los gramos de refrigerante perdidos al año (g/a). Como líquido de prueba se emplea agua (que puede calentarse o a la que puede agregarse un surfactante) o aceites a base de petróleo. La tensión superficial no debe superar los 75 dyn/cm (1 dyn = 10^‑5 N).

Tabla 5.3: Comparación del método de prueba por burbujeo (técnica de inmersión) con detector de fugas de helio. * Este índice de fugas representa el límite de detección para los buenos detectores de fugas halógenos (≈ 0,1 g/a).

¿En qué consiste la prueba de pulverización por espuma?

En muchos casos, los recipientes presurizados o las líneas de gas (incluidas las líneas de suministro de gas para sistemas de vacío) se pueden inspeccionar en busca de fugas de forma muy sencilla pulverizando sobre ellos una solución de surfactante o aplicándola con una brocha. En el mercado también hay disponibles pulverizadores de detección de fugas que cumplen la misma función. El gas que sale forma "burbujas" similares a las del jabón en los puntos de fuga. De nuevo, esta tarea de detectar fugas de menor envergadura es muy farragosa y depende enormemente del grado de atención de la persona que efectúe la búsqueda. Los sistemas de refrigeración mediante hidrógeno gaseoso empleados en los generadores de plantas energéticas son un caso especial. A menudo las pruebas realizadas en ellos se llevan a cabo de la manera indicada anteriormente, pero es posible llevarlas a cabo con mucha mayor eficacia y sensibilidad "olisqueando" ("sniff") el hidrógeno que sale por las fugas mediante un detector de fugas de helio ajustado para responder al H2 (véase la página sobre detección de fugas locales).

Prueba por burbujeo en caja de vacío

Una variante de la técnica de pulverización indicada anteriormente (en la que el gas forma burbujas a medida que sale) consiste en colocar una denominada "caja de vacío" con una junta (un artículo como unas gafas de buceo) en la superficie examinada previa pulverización de una solución jabonosa. Seguidamente, esta caja se evacúa por medio de una bomba de vacío. El aire que entra procedente del exterior mediante fugas provoca la aparición de burbujas dentro de la caja, que pueden observarse mediante una mirilla situada en esta. Este método permite también, por ejemplo, examinar placas de chapa metálica planas en busca de fugas. Hay cajas de vacío para distintas aplicaciones, adaptadas a un amplio abanico de contornos superficiales.

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